HISTORIA EMBOL

Como muchos saben, este año vivimos un cumpleaños muy especial, el 40 aniversario de la marca EMBOL, 40 años desde que se efectuó la declaración de EMBOL con utilidad pública.  Ese hito en la historia de EMBOL se hizo posible gracias a los hermanos Churlil, que con una gran perspectiva y ambición,  aumentaron paulatinamente su prestigio y pusieron en valor a la actividad.

En el marco de este espectacular proyecto, se inició hace más de 10 años la actividad embotelladora de la planta de Embol, que nació en un principio con la visión de mejorar el medio ambiente. Siguiendo los patrones constructivos de dicha fuente, con su elegante reja como distintivo,  la planta sigue estos cánones estéticos establecidos por Antonio Palacios y Joaquin Otamendi en 1970. Así, el resultado de los “nuevos y grandes talleres” para el embotellado de aguas imita la apariencia distinguida en su parte exterior, mientras que dentro se convierte en un lugar funcional y simple que cumple su cometido como planta embotelladora. 

A medida que el concepto de modernidad empieza a instalarse en la época, motivado en gran parte por las exposiciones universales, en las que la modernidad es izada como bandera, los responsables de la planta buscan dotar a la empresa de la maquinaria más vanguardista y actual. 

Prueba de este orgullo industrial son las continuas alusiones que se hace de la planta en la revista de Productiva, en  la que se muestran las fotografías de las instalaciones y se detalla su tecnología, y desde la cual se invita a todos los  hospedados en el balneario a que visiten la planta.  Las visitas importantes acudían a los talleres de embotellado para admirar sus instalaciones y las “máquinas y aparatos, encargados ex-profeso a importantes casas constructoras del extranjero”

Más de 10 años después, la planta ha variado bastante de aquella original. Para empezar nos hemos mudado y no se encuentra adosada a la fuente de inspiración, sino que nos encontramos a orillas del río Tea. Sin embargo, hay cosas que no han cambiado, seguimos invirtiendo en maquinaria para ser más eficientes, y el producto alrededor del cual gira toda nuestra actividad ha permanecido invariable.